En ocasiones cuando mi YO está bien asentado en mí, resignado a compartir conmigo el espacio y el tiempo, alguien comenta que me parezco a X, que soy como Z . Entonces mi YO se rebela, me impulsa a salir de mi y gritar no soy ni X ni Z, porque mi YO me convierte en un ser especial distinto con defectos míos, que no me da la gana pensar que otros también los disfrutan.

Hoy me siento azul, no un azul tirando a verde, sino un azul amarillento agrio como los limones sin zumo. Los días que me siento azul no necesito grandes cosas para notar que el mundo gira y que yo no tengo nada que aportar más que un gruñido y un pensamiento no muy generoso hacia los de mi especie. Menos mal que siempre encuentro algo que hace que el color amarillo no se vuelva más chillón.