miércoles, 24 de agosto de 2016

Albor

Gronxador
Oye Mil, ahora que tengo cinco años iremos al jardín. Y luego te coseré el ojo.Mamá dice que te lo coserá pero nunca tiene tiempo. Papá dice que si coge una aguja seguro que se pincha, que mejor lo haga mamá. Yo sí puedo pero mamá no me deja tocar las agujas. Mama siempre me dice no toques, no vayas. Y yo voy y toco. Y no pasa nada. Bueno el otro día me caí ¿te acuerdas? y me hice daño, mamá me puso una venda y lloró mucho. Dice que no podría soportarlo otra vez. Hoy iremos al jardín de atrás ¿vale Mil? Pero no lo digas, no me dejan. Cógete fuerte a la barandilla, que eres pequeña y te puedes caer. Vigila el escalón. No hagas ruido. La puerta está abierta, vamos.

Oh, el columpio. Corre Mil. Qué feo, es viejo. No sé por qué no puedo venir y jugar aquí. En el parque si puedo subir. Me gusta más el del parque. Este tiene las cadenas amarillas. La madera está despintada. ¡Se mueve! Sube Mil que te empujo. Qué divertido. Si fueras mayor tú me empujarías y yo subiría.
Mira Mil, un zapatito. No es mío. ¿Y el otro? No está. Lo llevaremos a mamá. Corre Mil.
¡Mamáaaa, mira que encontré!¿Cómo sabes que he ido al jardín de atrás? Pero no ha pasado nada. Mil ha subido y yo empujé.
Mamá ¿por qué lloras?

Tribulaciones

Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes)

El deseo mueve montañas de instantes y el amor mueve cordilleras de vida. El deseo es generoso en intensidad y fugaz en el tiempo, el amor es un fuego lento con una fuerza incomparable.
Con el deseo pedimos y con el amor damos; el deseo es condición y el amor...,es una declaración.

lunes, 22 de agosto de 2016

Idas y Venidas


A veces siento que mi yo me deja, se va como si quisiera desembarazarse de mi. A lo mejor considera que soy un estorbo y vaga indeciso más allá del mundo y del universo para encontrar un espacio donde no hay nada conocido y descubrir nuevos retos.

Cuando esto sucede, mi cuerpo lo percibe pero no puedo hacer nada, solo dejarle ir.
Al rato mi yo vuelve y siento que duda, que se esfuerza por encontrar sentido a las palabras que escribo, la música que oigo, a los objetos que miro pero sobretodo al hecho de estar aquí y no allá.



Pero esta sensación dura poco tiempo porque, aunque no lo quiere reconocer, me echaba de menos y le falta el olor de la lluvia que no llega, el color de la noche cuando se aleja la luz, el tacto de una mota del polvo¡Hay tanto que echa de menos! y por esto vuelve con la Y menos larga y la O menos circular para que no le tenga en cuenta esta traición de buscar lejos, muy lejos lo que tan cerca se encuentra.

Cuando mi yo se va, le espero sin rencor mientras me quedo sola en medio de un hueco que no llena la luz de un sol insistente. Me envuelve entonces un frío grueso y aparece el vacío, sin prisa, a adueñarse del mundo y dejarme perdida en él.

Pero apenas me hundo, me dejo caer en la desesperación de ser nada, mi yo regresa raudo de su búsqueda para descubrir que todo viaje acaba en el inicio. Y yo no le tengo en cuenta que me deje, que busque lejos más allá de donde nunca me atrevería a ir, porque ya no tengo miedo.


Tinieblas de la noche
que el roce del alba
en transparencia embebe.



martes, 16 de agosto de 2016

Déjalo Estar

Por qué preguntarme por qué
si no quiero la respuesta.
Es como un humo que sube
y cuestiona
y duda
y vacila
si salir o no salir
por temer qué encontrará
por miedo a no encontrar nada.
Pienso si vale la pena,
pensar si vale la pena.
Sentir la mente que oscila
y continúa el cuestionario
qué quiero y qué no quiero
por qué soy, por qué no soy.
Y que tras mil preguntas no hechas
quedan mil preguntas más.
¿Y si después de todo
no era tan importante?
¿Y si es sólo un arrebato
el querer yo saber por qué
quiero no saber qué quiero?
Pero... Es que sí que quiero.

jueves, 11 de agosto de 2016

Sin Azúcar Nunca Más

Qué tarde es ¡A desayunar! Le grito. Cada vez me recuerda más a las personas que esperan el futuro sentadas, nada de proyectos que cambien su vida, nada de ganas de salir a comerse el mundo. Simplemente esperar el futuro recostada en el sofá.

-¿Otra vez te quedas en casa? Sabes, esta actitud me revienta, me saca de quicio Espabila demonios, que el mundo necesita que todos giremos sino queremos que se pare. Antes, salías a la calle a pisar las aceras para machacar el odio, para romper las cadenas que oprimían la verdad, para dejar de lado la envidia y luchar con los otros por alguna idea olvidada. Qué rápido te cansaste y volviste al sofá a esperar el futuro. ¿No quieres azúcar? Es que como no te has puesto. Me ha sorprendido porque a ti te gusta bien dulce. No es bueno tanto azúcar, seguro que su abuso te pasará factura. Es muy perversa la salud, en cuanto descubres algo que te gusta mucho, ella hace lo imposible para que te siente mal. Si, ya sé que no eres de abusar de lo dulce pero a tu edad. Mujer…, no quise decir nada con eso de la edad, que susceptibles estamos hoy ¿eh? Solo digo que debes controlarte. ¿Para qué? Pues para estar más a gusto con tu cuerpo, las delgadas están muy bien consideradas y tu precisamente delgada … ¡Ah! Si te gusta como estás pues allá tu ¡Mujer, no te pongas así, es que no se puede hacer un comentario! Si te hubieras puesto azúcar no estaríamos discutiendo. Las cosas pasan porque no pasan, es así de sencillo. No te untes la tostada con mantequilla, la margarina es mejor, te lo digo yo. Claro que no es lo mismo, pero los sucedáneos alargan la vida. ¿Quién dice que no es cierto? Fíate tú del tendero, si lo que quiere es vender ¿Pero, ya has puesto la lavadora? Pues me dejé las bragas, otra vez me avisas, ahora rondaran por ahí. Tranquila que no las dejaré tiradas como haces tu. Si me lo hubieras dicho… pero siempre con prisas, parece que hay que hacer las cosas ¡ya! como si el tiempo solo fuera prisa y no permitiera un momento de respiro. Si aún no hemos desayunado y ya piensas en hacer la cama, en fregar en salir a comprar en ir a…El tiempo no es velocidad, es espacio para recorrerlo sin prisa. Por favor, quédate un ratito más sentada, que hace días que no nos tomamos un desayuno como dios manda. Voy a hacer más café, tu no te levantes mujer que ya voy yo. ¿Dónde has puesto el bote? Si siempre estaba en el segundo estante. Tu problema es que no respetas el orden, que crees que las cosas pueden ir y venir sin ton ni son y luego no sabes donde están. Que me calle, pero tu sabes con quien estás hablando trozo de cristal, sin mí no eres nada. Que me calle ¡Habrase visto, maldito espejo!

lunes, 25 de julio de 2016

¿Ya no?

Por qué preguntarme por qué

si no quiero la respuesta.
Es como un humo que sube
y cuestiona
y duda
y vacila
si salir o no salir
por temer qué encontrará
por miedo a no encontrar nada.



Pienso si vale la pena,

pensar si vale la pena.
Sentir la mente que oscila
y continúa el cuestionario
qué quiero y qué no quiero
por qué soy, por qué no soy.
Y que tras mil preguntas no hechas
quedan mil preguntas más.

¿Y si después de todo

no era tan importante?
¿Y si es sólo un arrebato
el querer yo saber por qué
quiero no saber qué quiero?

domingo, 24 de julio de 2016

De Papel y Mentiras

“En las relaciones donde las personas se sienten frustradas, casi siempre están pasando cosas positivas y la gente está tratando de hacer lo correcto”, afirma el psicólogo Ty Tashiro. “Muchas veces, una pareja está tratando de hacer lo correcto, incluso si se ejecuta mal. Así que es importante apreciar ese tipo de intención y empezar a construir de forma distinta y consensuada. Porque el amor de verdad no es algo tan común como nos han hecho creer y requiere de mucho esfuerzo y compromiso; la pena es que vivimos en un mundo en el que se sobreestiman las fechas de caducidad y en el que el amor no debe doler“.

La jaula se cansó de esperar. En el abrevadero hace mucho que el agua se secó y el alpiste dejó libre su cáscara para convertirse en polvo y volar. Sus barrotes, medio doblados por el peso de la culpa, no son más que líneas débiles que apenas si soportan el paso del aire.

Durante un tiempo tuvo la puerta abierta como una boca, para gritarle que volviera, que todo sería distinto, que nunca más… Pero el ruego se veía apagado por un aleteo lejano, que se burlaba de la súplica. 




Y dejó de soñar con el feliz regreso y que todo seguiría como antes.


El tiempo misericordioso le trajo un nuevo inquilino para llenar su vacío. Una pajarita de papel se posó vacilante en la barra superior y miró curiosa con sus ojos de lápiz. Tras agitar su rigidez, se dibujó una sonrisa. La jaula enderezó sus barrotes con satisfacción, sintió como si un aire nuevo la levantara, distinto y callado.


La jaula ha aprendido a dejar la puerta abierta y mantener los sueños cerrados. Cada mañana estrena un nuevo silencio y se dedica a cuidar resignada la inmóvil pajarita de papel.