Oye Mil, ahora que tengo cinco años iremos al jardín. Y luego te coseré el ojo.Mamá dice que te lo coserá pero nunca tiene tiempo. Papá dice que si coge una aguja seguro que se pincha, que mejor lo haga mamá. Yo sí puedo pero mamá no me deja tocar las agujas. Mama siempre me dice no toques, no vayas. Y yo voy y toco. Y no pasa nada. Bueno el otro día me caí ¿te acuerdas? y me hice daño, mamá me puso una venda y lloró mucho. Dice que no podría soportarlo otra vez. Hoy iremos al jardín de atrás ¿vale Mil? Pero no lo digas, no me dejan. Cógete fuerte a la barandilla, que eres pequeña y te puedes caer. Vigila el escalón. No hagas ruido. La puerta está abierta, vamos.
Oh, el columpio. Corre Mil. Qué feo, es viejo. No sé por qué no puedo venir y jugar aquí. En el parque si puedo subir. Me gusta más el del parque. Este tiene las cadenas amarillas. La madera está despintada. ¡Se mueve! Sube Mil que te empujo. Qué divertido. Si fueras mayor tú me empujarías y yo subiría.
Mira Mil, un zapatito. No es mío. ¿Y el otro? No está. Lo llevaremos a mamá. Corre Mil.
¡Mamáaaa, mira que encontré!¿Cómo sabes que he ido al jardín de atrás? Pero no ha pasado nada. Mil ha subido y yo empujé.
Mamá ¿por qué lloras?